Cuentos con Moraleja.

Cuento del Mundo.

Iba un niño con su papá en el tren.

El recorrido duraría una hora.

El padre se acomoda en el asiento y abre una revista para distraerse.

El niño interrumpe preguntándole: ¿qué es eso papá?

El hombre se vuelve para ver que era lo que le señalaba su hijo, y contesta:- es una granja hijo.

Al recomenzar la lectura, el niño le pregunta: – y ¿vamos a llegar?

Y el hombre le contesta que falta mucho.

No bien había comenzado nuevamente a ver su revista cuando otra pregunta lo interrumpe, y así se siguieron las preguntas, hasta que el padre, ya desesperado, se da cuenta que en la revista, aparece un mapa del mundo; lo corta en pedacitos y se lo da al niño diciéndole que es un rompecabezas y que lo arme. Feliz se acomoda en su asiento, seguro que el niño estará entretenido durante todo el trayecto.

No bien ha comenzado a leer la revista el niño exclama:- ¡ya terminé!

-¡¡¡¡ Imposible no lo puedo creer!!!!. ¿Cómo pudiste armar el mundo tan rápido?

El hijo contesta:- yo no me fije en el mundo: atrás de la hoja esta la figura de un hombre, compuse al hombre y el mundo quedó arreglado.

Qué pobres somos.

Por Paulo Coelho.

Illustration by Ken Crane

Una vez, un padre de una familia acaudalada llevo a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que viera cuán pobres eran las gentes del campo.

Estuvieron por espacio de un día y una noche completa en una granja de una familia campesina muy humilde.

Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:

“¿Que te pareció el viaje?” – preguntó el padre.

“Fue fantástico Papá!” – dijo el hijo

“¿Viste que tan pobre puede ser la gente?” – preguntó el padre

“¡Oh, sí!” – dijo el hijo

“Y… ¿que aprendiste?” – preguntó el padre

El hijo contestó:

“Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.”

“Nosotros tenemos una piscina con agua estancada que llega a la mitad del jardín… y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos y otras bellezas.”

“Que nosotros importamos lamparas del Oriente para alumbrar nuestro jardín…mientras que ellos se alumbran con la luna y las estrellas.”

“Que nuestro patio llega hasta la pared de la casa del vecino, ellos tienen todo el horizonte de patio.”

“Tenemos un pequeño pedazo de tierra para vivir y ellos tienen campos que van más allá de nuestra vista.”

“Que nosotros compramos nuestra comida;…ellos, siembran y cosechan la de ellos.”

“Nosotros cocinamos en estufa eléctrica…Ellos, todo lo que comen tiene ese glorioso sabor del fogón de leña.”

“Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas….Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.”
“Nosotros vivimos conectados al celular, a la computadora, al televisor… Ellos, en cambio, están “conectados” a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del valle, a los animales, a sus siembras, a su familia.”
“Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo y rara es la vez que conversan conmigo.”

El padre se quedó mudo… y su hijo agregó:

“¡Gracias Papá por enseñarme lo pobres que somos!

Acerca de Nicolás Di Ruscio

Nacido en la localidad de Coronel Bogado, Santa Fe, Argentina. Ingeniero Electricista especializado en Energías Renovables y Tecnologías Apropiadas, Integrante del OES UTN FRRo, Vegetariano Vegano, Usuario y Difusor de Software y Cultura Libre.

Un comentario en “Cuentos con Moraleja.

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